Una mañana, el gigante Marcel se despierta helado de la cabeza a los pies. Se levanta y se estira, se despereza, pero no encuentra la manera de entrar en calor. De pronto, siente un vacío en el pecho acompañado de un gran estruendo y al mirar hacia el suelo, ve su corazón partido en cinco pedazos. A partir de ese momento, el gigante iniciará un viaje en busca de ayuda, ya que sabe que si no logra recomponer su enorme y frágil corazón de nuevo, acabará convertido en un ser solitario y desmemoriado, o peor aún, monstruoso.